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jueves, 3 de septiembre de 2015

¿Nos mudamos a un libro?

Alberto, Silvia, Lourdes, Lucía, Ana, Pepa, Víctor, Enrique, Inma, Marta o María. Son solo algunos nombres de los muchos lectores que en los últimos meses me han ido haciendo llegar sus comentarios. La mejor noticia es que se han leído la novela de un tirón, en uno, dos o pocos días. Como lectora creo que la mejor virtud que puede tener un libro es engancharte hasta el punto de no poder soltarlo hasta el final.

El lector completa la obra. Las historias solo cobran vida cuando alguien las hace suyas, cuando abrimos las páginas de un libro y dedicamos unas cuantas horas de nuestra vida a evadirnos de nuestro mundo real y nos embarcamos en una historia que nos hace soñar. Página a página, cada uno creamos un mundo único de interpretación para cada obra, y vivimos cada escena de la historia en función de nuestras vivencias y emociones. 

La historia de "La Casilla de Guadarrama" rondaba mi cabeza y ahora es de todos los lectores. Si ha proporcionado dos días o una semana de emoción a cada uno de ellos ha sido un trabajo muy satisfactorio. 

Si aún no has leído la novela aquí tienes toda la información sobre ella. Te esperamos!




miércoles, 17 de junio de 2015

El colectivo de gallegos en Madrid

En los años 30, en la ciudad de Madrid, los gallegos ya eran un grupo bastante importante. Solían bromear diciendo que la ciudad gallega que más habitantes tenía era Madrid,se hablaba de unos trescientos mil. Y se habían agrupado en una sociedad llamada "Anaquiños da terra", constituida el 20 de agosto de 1931 y que tenía su domicilio social en la calle Tabernillas, 2. Posteriormente se trasladaría a la calle de la Audiencia, número 3 y más tarde a la calle Preciados 9, muy cerca de la puerta del Sol.

Cada domingo por la tarde, este amplio colectivo de gallegos en la capital celebraba un baile en su sede, al que acudían gran cantidad de los más de quinientos socios que tenían ya en el año 34. Manolo Díaz Echevarría, coprotagonista de la novela "La Casilla de Guadarrama" era el secretario de la sociedad, además de ser barítono del coro que era muy numeroso y actuaba, como se puede ver en la prensa de la época, en teatros como el María Guerrero, el Teatro Español, el Beatriz o el Infanta Isabel.

Te gustaría tener un ejemplar de la novela La Casilla de Guadarrama? Aquí tienes más info sobre los puntos y modalidades de venta...

El Coro en la Revista Ondas, julio de 1932
Nuestro protagonista fue además autor de varios cantos escenificados que solía interpretar este coro. Representaban escenas de la vida gallega como la maya del trigo o los cantos de nana. La agrupación llegó incluso a hacer una gira por América. De hecho, en el periódico del 22 de julio de 1934, se recoge una noticia desde Nueva York, que indica que el coro "Anaquiños da Terra" regresa a España a bordo del "Cristóbal Colón" después de tres recitales de gran éxito.

Pero esta sociedad no era la única que congregó a los gallegos de principios de siglo en la capital, también aparecen numerosas referencias en la prensa de la época sobre Lar Gallego. Aunque posiblemente sí fue la más concurrida del momento, pues queda testimonio de ello en las noticias recogidas por diversos medios de la época sobre los actos de dicha sociedad. 


martes, 16 de junio de 2015

Así se escribe la primera página

De las ausencias siempre se aprende. Se aprende que siempre podías haber aprovechado mejor el tiempo que estuviste con esa persona. Es un aprendizaje universal y colectivo, un duelo necesario para analizar el dolor en los días venideros.

La casilla de Guadarrama empieza con duelo y con ausencia. Con evocaciones, con visiones, con un presagio y una confidencia al lector, a espaldas de la protagonista. Así, literalmente así, se escribe la primera página:

"No recuerdo si escuché primero el sonido del teléfono o el trueno que siguió al rayo. Las tormentas en Madrid siempre te pillan por sorpresa. Aunque estés a cubierto. Las malas noticias tienen la capacidad de recorrerte por dentro desde la cabeza hasta los pies, taladrándote el estómago. Pude oír la voz de mi padre, la abuela había fallecido. Con las primeras gotas de la tormenta una sombra negra recorrió de extremo a extremo el comedor de casa, pasando por la pared, los cuadros, la librería y desapareciendo a lo lejos por la ventana. En ese preciso instante, me pareció también oler esa mezcla de colonia Álvarez Gómez y laca de pelo, que me resulta tan familiar y que conservo desde niña. Lo que no sabía en ese momento era lo que iba a suceder en los próximos días."

lunes, 15 de junio de 2015

Comentarios

Aquí vamos publicando los comentarios que nos llegan por correo electrónico. También puedes dejar tu opinión personalmente en el formulario de abajo. Te esperamos...

"Buenas tardes, Carmen. Le escribo como lector de su novela histórica «La casilla de Guadarrama», que he degustado en este mes de diciembre. Soy vecino del barrio de Pacífico en Madrid y tengo recuerdos del cuartel en servicio, por allá los años 70 y 80 de mi niñez y juventud, donde muchos años antes sirvió su abuelo César. Así que he disfrutado de la lectura, con un permanente cosquilleo por la narración sobre su historia y también de Manolo -conmovedora- y lo que pueda tener en relación a mi barrio y proximidades. También conozco otros emplazamientos citados de la ciudad, incluso en Guadarrama, donde estuvo mi abuela unos meses hospitalizada hace ya bastantes años.

Quisiera por todo ello darle mi enhorabuena. Tomé un ejemplar de su novela en la única biblioteca en la ciudad de Madrid que lo tiene en préstamo, por lo que, además, me permito mandarle copia de la nota manuscrita, como si del mensaje en una botella se tratase. No sé desde cuándo se encuentra en préstamo, pero al menos en 2016, casi todos los meses tiene una marca de devolución, así que aceptación debe tener." (Un vecino del barrio del Pacífico, en Madrid, Navidad 2016)

"Lo he terminado. Me encantó y me enganchó desde el principio. De hecho, lo he leído en dos noches. Es una pena habérmelo terminado porque ahora solo me queda esperar al siguiente libro". (María, 21 de julio del 2015)

"He disfrutado mucho leyendo el libro!!! la temática nos toca a todos un poquito por lo que hace que te sientas intrigada y no puedas parar de leer hasta el final, involucrándote poco a poco en la trama. Espero que ésta sea la primera de muchas otras novelas. Mi más sincera enhorabuena!!" (Silvia, 6 de julio de 2015)

"Me ha encantado el libro! Enhorabuena una y mil veces! Genial! Muy chula la historia. El final impresionante!. Me encantó! Quiero más..." (Lourdes, 21 de junio de 2015)

"El libro me encantó, te hace echar unas lagrimillas... Tus abuelos y tus tíos estarían orgullosos de que contaras un poco de su historia. Los primeros días leí trozos pero después me quedé para terminarlo, estaba deseando saber cómo acababa" (Tere, 14 de junio de 2015)

"La estoy leyendo, bellísima, es emocionante ver cómo ha discurrido todo, parece que la estés viviendo realmente" (Inma, 30 de junio de 2015)

"Hola! Ayer, por fin, pude empezar a leer el libro y la verdad es que quería felicitarte! Me he leído los 6 primeros capítulos del tirón. La historia de tu abuelo me parece fascinante y me está enganchando mucho. Enhorabuena". (Lucía, 2 de julio de 2015)

"Realmente lo he vivido. Posiblemente más de lo que mucha gente pueda hacerlo. ¿Por? Conozco la gran mayoría de los sitios que recorren los protagonistas. El viaje a Galicia, tanto por la A-6 como por la N-6. Los pueblos en los que para: Villafranca, Piedrafita... Además me gusta patearme la sierra, por lo que conozco bien la zona. Guadarrama, los restos de trincheras y bunkers que aún existen. Los hospitales para tuberculosos y los manicomios. Frente al hospital de la Tablada, empotrada en el arcén derecho hay una casa abandonada que supongo será la Casilla. Y por supuesto todo lo relativo a Madrid, al centro y al mercado. En fin. Qué me ha resultado muy fácil zambullirme en las páginas y acompañar a la nieta de César y a Germán en su periplo en busca de respuestas. Una gozada" (Víctor, 6 de julio del 2015).

"Bueno pues acabe la novela (La Casilla de Guadarrama) ... ayer llevaba unas 25-28 paginas leidas, al final temine mirando de reojo el despertador, pero podian mas las ganas de leer..., total que me dieron casi las 5 de la mañana y termine de leerla. Me gusta leer pero mi fuerte no es el comentario de texto ni la redaccion en general, asi que solo puedo decir que me encanto y me engancho en el mas amplio sentido de la palabra. Contada de una manera facil de leer y de una manera que te va enganchando contra mas la lees. Puntuacion personal 11 sobre 10. Recomendable :totalmente. Esta ira a la estanteria de las novelas que me emocionaron y que su lectura me hizo olvidar el tiempo, asi de facil. Muchas gracias por esta historia Carmen." (Juan Carlos Aroca, 25 de mayo de 2017).


viernes, 12 de junio de 2015

Los peones camineros y las casillas

Si eres una persona joven es posible que no hayas oído hablar nunca de los peones camineros, ni de las casillas. En los años 80, cuando jugábamos en la calle y en el campo libremente, sí era más frecuente toparse con alguna de estas construcciones hoy practicamente en desuso. 

Los peones camineros eran funcionarios a sueldo del estado, y su misión era la de tener a punto las carreteras, evitar la formación de baches en los caminos, hacer desagües, limpiar los arcenes de maleza, etc. Las comunicaciones en el siglo XVIII y XIX no eran las de ahora, y era necesario que vivieran a pie de carretera para ejercer con eficacia su trabajo.

Así es que en cada tramo de carretera había una casilla y el peón vivía en ella con su familia. El cuerpo de peones está hoy extinguido, aunque quienes habitan aún la vivienda pueden disponer de ella mientras vivan. Pocas se ven ya, pero al borde de las carreteras nacionales o comarcales aún puedes ver alguna, como ésta de la foto, situada en Curtis, todas cortadas por el mismo patrón. 

La casilla de Guadarrama era también una casilla de peones camineros, aunque por su tamaño y por la descripción que hace mi abuelo no estaba habitada antes de la guerra sino que era usada para guardar maquinaria y material como postes o herramientas.

jueves, 11 de junio de 2015

La casilla de la Muerte, en Guadarrama

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Buscando referencias sobre la casilla de camineros de la que habla mi abuelo en sus memorias, y que se recoge al inicio de la novela "La Casilla de Guadarrama", encontramos otra importante referencia histórica. 
Según se recoge en el blog de Josep Cabanes, el presidente del Fútbol Club Barcelona, Josep Suñol i Garriga fue asesinado el día 6 de agosto de 1936 exactamente al pie de la citada casilla. En el kilómetro 54 de la nacional VI. 

El episodio se puede encontrar recogido en numerosas referencias y blogs, pues forma parte de la historia del Fútbol Club Barcelona. El cronista hasta dejó constancia de la matrícula del vehículo en que iba junto con un periodista del diario "La Rambla" y un teniente del ejército repúblicano. Al parecer el coche llevaba un banderín catalán y, aunque no se sabe con certeza a dónde se dirigían por esta carretera se cree que iban en misión encomendada por el presidente del Parlament de Cataluña.

Imagen del Street View de Google Earth
En el texto se hace referencia a la edificación como "La Casilla de la Muerte", y parece claro que es la misma a la que hemos dedicado esta página pues el kilómetro coincide y también las características con la descripción que deja mi abuelo en sus memorias, aunque no coincidieron allí por pocos días, ya que los hechos que recoge el libro "La Casilla de Guadarrama" tuvieron lugar a finales de julio y este episodio tan solo seis o siete días después.

También se hace referencia a la línea que separaba la zona republicana de la nacional, que estaba precisamente próxima a este lugar, pero, como bien se recoge en el relato, las posiciones iban cambiando notablemente de un día a otro y había momentos de auténtica confusión, donde los propios soldados desde sus parapetos no sabían bien si disparaban a los suyos o al enemigo.

miércoles, 10 de junio de 2015

Madrid, años 30, en "La Casilla de Guadarrama"

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El Madrid de los años 30 está pintado en las viejas memorias que dejó mi abuelo. Militares de la república, trabajadores, intelectuales y burguesía de la época se cruzaban por las calles de la capital como si de una postal antigua se tratara. Se oía chirríar a los tranvías y el aire olía a puchero preparado en cualquier casa de comidas, como La Gijonesa. Por cualquier rincón, se escuchaba reír a algunos estudiantes y chiquillos. 

En la glorieta de San Bernardo estaba el antiguo hospital de La Princesa, una institución pública, hoy situada en Diego de León, y que durante la Guerra Civil estuvo en el Colegio del Pilar, en el Barrio de Salamanca. En aquellos años un enfermo allí pagaba cinco o seis pesetas al día, las heridas se curaban con sulfatos y otros preparados que diferían bastante de lo que conocemos hoy.

Imagen de Tras sus huellas (Manuel Díaz Aledo)
La actividad comercial en la Plaza de Antón Martín se conoce desde el siglo XVII, y en los años 30 era un hervidero de puestos que posteriormente se reorganizaron en un edificio cerrado. Muy cerca, en la calle Atocha, estaba el recién inaugurado Cine Monumental, de 1923, en la época en que los estrenos de la gran pantalla eran todo un acontecimiento.

El ambiente estaba muy revuelto y en los años de la II República, y no eran infrecuentes los atentados, y los cuarteles eran tiroteados y defendidos por los soldados, que con proximidad a la guerra ya no sabían bien en algunos momentos de quién debían seguir órdenes.

La Estación de tren de Atocha se conocía con el nombre de estación de Mediodía, y muy cerca, en la calle del Pacífico estaba el cuartel de los Docks, un grupo de barracones militares construidos a finales del siglo XIX.

En la Plaza de Jesús se instaló la Imprenta Mercurio, propiedad de Carlos Suárez Couto. Cerca de allí, en la calle Atocha 95 había una pensión de estudiantes instalada en el tercero o cuarto piso. Y en la calle Preciados, cerca de la Puerta del Sol, tenía su sede la "Sociedad Anaquiños da Terra", punto de reunión de muchos gallegos en la capital.

Son solo pinceladas de una época que, afortunadamente, no nos ha tocado vivir, pero que en esos viejos papeles mecanografíados brilla ante mis ojos y seguro que ante todos los que os propongáis leer esta novela.


lunes, 8 de junio de 2015

Ribadeo en la novela "La Casilla de Guadarrama"

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Ribadeo está muy presente en la novela "La Casilla de Guadarrama", no solo por ser el pueblo natal del abuelo de la protagonista, sino también porque forma parte inseparable de la cosmovisión de la autora. Esta villa es un foco turístico de gran relevancia, con la particularidad de que quienes la visitan, en un porcentaje muy amplio, vuelven. Es un acercamiento que siempre deja poso. 

La historia tejida en torno a la publicación del libro "Ribadeo Antiguo", tiene toques de realidad y muchos otros de ficción. Tantos que es difícil hasta para la autora distinguir dónde están sus fronteras. Pero esa es precisamente la magia de la literatura. 

Los escenarios elegidos existen y se pueden rastrear en esta villa, en la que se conservan varias edificaciones de inspiración colonial. También el bajo donde estaba la imprenta de "Las Riberas del Eo", en la calle Antonio Otero, la antigua farmacia Casariego, la capilla de San Roque, el cementerio o las sendas que recorren  "O Xardín".

Hay empresas más recientes que también forman parte de este poso y salen referenciadas de manera muy natural en las páginas de la novela, como los buses de la compañía ALSA, las pizzas del PizzBur, la churrería Linares o el antiguo panadero que recorría los barrios con su furgoneta para vender pan. Llegaba a media mañana, tocaba con fuerza el claxon y los vecinos iban saliendo a por aquellas riquísimas barras cocidas en horno de leña.



sábado, 6 de junio de 2015

El origen de toda esta historia

Esta página en las memorias que dejó mi abuelo me llamó la atención desde el principio y es el origen de toda esta historia. La casilla a la que se refiere podría ser la de la curva de Tablada, o no. También necesito descubrirlo. Quizá compartirlo me ayude. 

Por eso escribí la novela, y por eso cree el blog http://casillaguadarrama.blogspot.com.es/ y esta página. 

Mi abuelo tenía solo 21 años cuando estalló la guerra. A pesar del clima de la época, pocos la vieron venir con la crudeza en que la percibieron después o la responsabilidad histórica con que la vemos hoy.

¿Veremos algún día en la casilla un centro de interpretación? Decía Walt Whitman que "solo en sueños es libre el hombre". Permitidme soñar, estáis invitados.

martes, 26 de mayo de 2015

Malditas guerras, una novela precursora

Resultado de imagen de malditas guerras manuel díaz aledoAquellos folios escritos por mi abuelo durmieron en un cajón de un mueble de la casa familiar hasta que mi padre, Manuel Díaz Aledo, los recuperó en la novela "Malditas Guerras". Este libro recoge de una manera muy fiel a los acontecimientos lo que vivió César Díaz Echevarría durante la guerra civil española. 

En la novela, el protagonista se llama Carlos, y muchos otros que aparecen lo hacen con nombre ficticio. Pero los hechos narrados son fieles a la historia que es germen de esta novela. Entre sus páginas sentí la curiosidad de investigar más el pasado familiar y comencé a tomar algunas anotaciones y hacer preguntas. Tienes más info de "Malditas Guerras" aquí.

Las hemerotecas digitales del ABC y otros periódicos que hoy ya no existen fueron una auténtica joya para mi investigación. A través de ellas pude seguir el rastro de Manolo, el hermano de mi abuelo, que era un activo colaborador de varios periódicos de principios de siglo. Leí sus cartas, entendí sus preocupaciones y actividades en el Madrid de la época, percibí la inquietud intelectual de un sector de gallegos en los tiempos de preguerra. 

Y así, tirando del hilo y dejándome horas de sueño, fue tomando forma La Casilla de Guadarrama.

Consulta aquí los puntos de venta y préstamo de la novela

viernes, 22 de mayo de 2015

Guadarrama en la guerra civil española

Guadarrama es una localidad situada al norte de la ciudad de Madrid. Se accede por la Autovía A6, la que va a A Coruña, y está antes del tunel que sortea el Alto del León. Su población es pequeña en invierno, unos 15.000 habitantes, y aumenta considerablemente en verano. 

La antigua carretera nacional VI pasa por el pueblo, sube hasta Tablada y luego al Alto del León, sorteando la orografía del terreno. Después desciende hasta San Rafael y se adentra en Castilla y León. Fue por tanto, un enclave estratégico durante la guerra civil española. Lo atestiguan los restos de construcciones y trincheras de tipo militar por toda la zona. Para recorrerlos, el Ayuntamiento de Guadarrama ha editado una guía muy completa de rutas de senderismo que puedes ver en su web en pdf.

Resulta estremecedor pensar que hace algo menos de cien años nuestros antepasados anduvieran a tiro limpio montaña arriba y montaña abajo. Recorrer sus sendas y visitar aquellos tristes refugios, donde fallecieron tantos hombres y mujeres, es una manera de entender la historia reciente de nuestro país.

En La Casilla de la Muerte, seguimos los pasos de César, un joven soldado que dejó testimonio escrito de los terribles acontecimientos que allí vivió, en los primeros días de la guerra civil española. César era mi abuelo y he tratado de novelar todos los acontecimientos que él vivió en primera persona en la guerra civil. De algunos de ellos no he encontrado ni rastro en los libros de texto. ¿Me acompañas en este apasionante viaje?


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jueves, 21 de mayo de 2015

Vivir para contarlo

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Las historias nacen del alma, del recuerdo, de la imaginación y de la experiencia. Desde niña quise escribir, como única cosa en el mundo. Al final hice algunas otras, y entre tanto, fui tejiendo los hilos de esta historia.

La casilla de Guadarrama está basada en una historia real, la de César y Manolo. Aquellos amarillentos papeles que quedaron en las carpetas de mi abuelo en la casa familiar, un superviviente de la generación que vivió la guerra civil española.

En todas las familias hay una historia. Ésta me puso los pelos de punta desde que la escuché por primera vez. Pasados bastantes años me dio por investigar y la novela tomó forma como por arte de magia. O la contaba o me estallaba dentro.

Surgió, torpemente, cuando la voz de esa generación de héroes terminaba de apagarse. Quienes vivieron la guerra conscientemente están llegando a edades centenarias, o ya no están entre nosotros. ¿A quién preguntaremos entonces?

Pero los libros no lo son si alguien no decide abrirlos, huir del mundo por unas horas o días, y embarcarse en el maravilloso viaje que es la literatura. ¿Nos vamos?