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jueves, 2 de julio de 2015

La Sierra de Guadarrama en los primeros días de la guerra civil española


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A veces la vida o la muerte es cuestión de segundos y de puro azar, según dónde te encuentres y las circunstancias a las que te enfrentes. Así eran los tiempos de la guerra civil española. A raíz de las investigaciones para la novela "La Casilla de Guadarrama", comprobé por los papeles que dejó mi abuelo sobre los primeros días de la guerra en la sierra que era una zona verdaderamente peligrosa.

Según su relato, camiones y autobuses de milicianos subían cada mañana cantando himnos para posicionarse en los diferentes frentes y defender este estratégico punto de entrada a la capital. Los nacionales o sublevados habían tomado posiciones en el Alto del León y alrededores, con tropas venidas de diferentes puntos de Castilla o Galicia. La nacional VI tenía puntos negros bastante definidos en la salida del pueblo de Guadarrama, en la recta, y en el inicio del ascenso hacia Tablada. Precisamente en este último ametrallaron la camioneta en la que subía mi abuelo con otros dos compañeros que resultaron muertos. Él se salvó milagrosamente al volcar el vehículo y caer rondado hasta el arcén. Cuando se asomó, sus compañeros yacían muertos. 

Leyendo la hemeroteca de la época, me llamó la atención una entrevista del "Camarada Juan Sande", publicada en el diario "El Sol" del 23 de noviembre de 1937, el diario del Partido Comunista. Según cuenta este oficial de marina, el 20 de julio del 36 fue al frente de Guadarrama como enlace del gobierno. La entrevista recoge cómo en este tramo de carretera "estallaban los obuses y llovían las balas con auténtica furia fascista". El militar sigue narrando cómo entonces "una ráfaga de plomo alcanzó el auto en el que viajaba el coronel Puig", el coche volcó y permaneció tres horas tumbado frente al sanatorio Hispano Americano. En esta misma entrevista Sande relata cómo los republicanos tenían un "hospital de sangre" en la vieja caseta de camineros de la curva de Tablada. Precisamente, en la casilla de Guadarrama, que da título a la novela.

domingo, 28 de junio de 2015

El peor día de la guerra civil española

Así lo califica mi abuelo en las memorias que dejó escritas y así se recoge en las páginas de La Casilla de Guadarrama. El día 30 de julio nuestro narrador en segunda persona estaba destacado en la caseta de camineros de la curva de Tablada, las memorias relatan una jornada calificada como “el peor día de la guerra”, desde el punto de vista de alguien que estuvo los tres años de la guerra en diversos frentes de combate. Díaz Echevarría comenta cómo en los días anteriores habían pasado por allí unos 400 heridos y muertos. Más de cien en una sola jornada bajo un intenso tiroteo desde arriba, desde el bando fascista, mientras desde el muro de la carretera, un poco más abajo, respondía el bando contrario. En ese momento los heridos atendidos en el puesto ya eran de ambos bandos, entre un ambiente de confusión total.

César Díaz tenía 21 años cuando estalló la guerra, asaltaron el cuartel de los Docks donde estaba destinado. Tras enterarse de que las tropas habían sido licenciadas, en los primeros días de la guerra civil (17-18 de julio), comienza un periplo por toda la sierra madrileña en donde es destinado primero, en el antiguo sanatorio Hispanoamericano, después pasa por el Sanatorio de Tablada y posteriormente permanece varias semanas en la denominada “Casilla de la muerte” en un improvisado puesto de socorro. 

Este militar fue ascendido a Sargento según se recoge en el D.O. del Ministerio de la Guerra del 22 de octubre del 36, por su participación en la colocación de una bandera blanca con una cruz roja en la azotea del sanatorio conocido como Hispano-americano el 24 de julio del 36, durante un intenso bombardeo aéreo, y en el que resultó herido leve.

Las referencias a lugares y personas sobre el terreno son constantes, pero lo más estremecedor del relato son la larga serie de heridos y fallecidos que por allí pasan. Por aquella vieja caseta llena de desconchones en un arcén de Guadarrama, y donde deberíamos honrar la memoria de nuestros antepasados en lugar de tirar escombro.

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sábado, 6 de junio de 2015

El origen de toda esta historia

Esta página en las memorias que dejó mi abuelo me llamó la atención desde el principio y es el origen de toda esta historia. La casilla a la que se refiere podría ser la de la curva de Tablada, o no. También necesito descubrirlo. Quizá compartirlo me ayude. 

Por eso escribí la novela, y por eso cree el blog http://casillaguadarrama.blogspot.com.es/ y esta página. 

Mi abuelo tenía solo 21 años cuando estalló la guerra. A pesar del clima de la época, pocos la vieron venir con la crudeza en que la percibieron después o la responsabilidad histórica con que la vemos hoy.

¿Veremos algún día en la casilla un centro de interpretación? Decía Walt Whitman que "solo en sueños es libre el hombre". Permitidme soñar, estáis invitados.

viernes, 22 de mayo de 2015

Guadarrama en la guerra civil española

Guadarrama es una localidad situada al norte de la ciudad de Madrid. Se accede por la Autovía A6, la que va a A Coruña, y está antes del tunel que sortea el Alto del León. Su población es pequeña en invierno, unos 15.000 habitantes, y aumenta considerablemente en verano. 

La antigua carretera nacional VI pasa por el pueblo, sube hasta Tablada y luego al Alto del León, sorteando la orografía del terreno. Después desciende hasta San Rafael y se adentra en Castilla y León. Fue por tanto, un enclave estratégico durante la guerra civil española. Lo atestiguan los restos de construcciones y trincheras de tipo militar por toda la zona. Para recorrerlos, el Ayuntamiento de Guadarrama ha editado una guía muy completa de rutas de senderismo que puedes ver en su web en pdf.

Resulta estremecedor pensar que hace algo menos de cien años nuestros antepasados anduvieran a tiro limpio montaña arriba y montaña abajo. Recorrer sus sendas y visitar aquellos tristes refugios, donde fallecieron tantos hombres y mujeres, es una manera de entender la historia reciente de nuestro país.

En La Casilla de la Muerte, seguimos los pasos de César, un joven soldado que dejó testimonio escrito de los terribles acontecimientos que allí vivió, en los primeros días de la guerra civil española. César era mi abuelo y he tratado de novelar todos los acontecimientos que él vivió en primera persona en la guerra civil. De algunos de ellos no he encontrado ni rastro en los libros de texto. ¿Me acompañas en este apasionante viaje?


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